Proyecto que nace a partir de experiencias de extrañamiento y disociación. Desarrolla cómo, durante esos episodios, se ve afectada la interacción con el mundo.
¿Cómo hacerme parte de la totalidad sin que todo resulte ficticio?
El caos no deja de ser una construcción que se manifiesta a través de mi cuerpo. El placer en el dolor y a la inversa. El peso de la existencia es tomado por un cuerpo emocional. Algo permanece volátil, suspendido en un tiempo que ahora es una pausa: La cama.
¿Hasta dónde puedo doblarme sin romperme?
Una imagen fotográfica reposa bajo el agua, contenida en un recipiente de vidrio rectangular. El agua actúa como una membrana viva: refleja, distorsiona y activa. Evoca una arqueología emocional, un tiempo detenido donde la quietud no es ausencia. Un espejo líquido que oscila entre agitación y calma.
La obra cambia según la posición del espectador. Al desplazarse, los reflejos, la luz y los efectos prismáticos del vidrio generan destellos y arco iris. Por momentos la imagen parece desaparecer o flotar.
Técnica: Dispositivo de vidrio con agua sobre tarima de madera negra. Medidas 62x40x32cm